Bta. Juana de Aza.
Madre de Santo Domingo.
Juana la más pequeña de nueve hermanos, Cinco varones y cuatro mujeres, es madre de un gran santo, Domingo(8 agosto), del beato Manés(18 agosto), y del venerable Antonio de Guzmán y Aza. Los abuelos maternos pertenecen a la nobleza.
ESPOSA Y MADRE EJEMPLAR.
Nace Juana hacia el año 1140 en la villa de Aza y en su primera juventud se casa con Félix de Guzmán el menor de cuatro hermanos, de familia noble y hacendada.
La casa-palacio y fortaleza de don Félix y doña Juana es el lugar y ambiente donde nacen sus tres hijos: Antonio, Manés y Domingo. El primogénito seguirá la vocación sacerdotal al servicio del hospital que acoge enfermos y peregrinos cerca del monasterio benedictino. Manés se incorporaría a la Orden de frailes Predicadores que su hermano Domingo fundará. Hechos incontestables que confirman la fe, la bondad y la grandeza espiritual de sus padres. Vocaciones nacidas y crecidas al calor de su educación cristiana y de la ejemplaridad de sus progenitores. Fray Rodrigo de Cerrato escribe en la “Vida de Sto. Domingo”: “ Fue su padre un hombre venerable y rico en su pueblo. Y su madre fue honesta, casta e intachable, prudente y muy compasiva con los pobres y afligidos, brillando por su virtud y buena fama sobre todas las mujeres de la comarca” La compasión, la misericordia y la generosidad con los necesitados son virtudes de Juana destacadas tanto por los historiadores como por la tradición.
Las puertas del torreón de los Guzmanes se abren todos los días y es la señora del lugar quien reparte alivios y afecto a los pobres transeúntes y peregrinos.
ANTES DE NACER DOMINGO.
El último embarazo de Juana la tiene inquieta. Presiente algo que no es capaz de discernir. El Bto. Jordán de Sajonia, en el año 1233 escr9be el libro” Orígenes de la Orden” en ella nos narra: “ Se le mostró en visión que llevaba en su vientre un cachorrillo con una tea encendida en la boca y que al salir de sus entrañas, prendía fuego a todo el mundo: con lo cual se prefiguraba que el hijo que había de concebir sería predicador insigne que con el ladrido de su santa palabra, excitase a la vigilancia a las almas dormidas en el pecado y llevase por todo el mundo aquel fuego que Jesucristo vino a traer a la tierra”.
Juana de Aza visita con frecuencia el monasterio de silos, distante de Caleruega unos 28 Km. Acude al sepulcro del santo abad Domingo, muerto cien años antes en fama de santidad, a quien encomienda sus intenciones y, esta vez, su sueño. Al pie de su sepulcro Juana recibe la iluminación que Sto. Domingo de Silos proyecta en su alma: dará a luz un hijo que removerá con su palabra evangélica la iglesia y el mundo. El día 24 de junio nace el pequeño, a quien ponen el nombre de Domingo, en honor y acción de gracias al santo abad de Silos. Días después, don Félix y doña Juana llevan al pequeño domingo al monasterio y, ante el sepulcro del santo abad, lo ofrecen a Dios.
La vida de familia se desarrolla en claves de vigorosa tradición cristiana: fidelidad, amor entrañable, ejemplaridad, obediencia y respeto, oración en común, formación religiosa y educación cristiana.
VENERACIÓN POPULAR.
Juana de Aza muere entre los años 1202 y 1205. Pronto surge y prende la veneración popular y la devoción a la santa madre. La ermita a ella dedicada en Aza y una capilla erigida en Caleruega a los fieles no menos que las iglesias donde sus restos mortales son depositados. Los habitantes de la comarca acuden a ella en petición de protección y ayuda. El testimonio de sus convecino se amplía y divulga más allá del señorío de Caleruega. Es tierra campesina, sometida a sequías, plagas y azotes semejantes de la naturaleza. El pueblo acude a la que ya invocan familiarmente como Sta. Juana y en quien admiran sus virtudes de mujer bíblica: laboriosidad, sencillez, amor conyugal y maternal, fe en Dios y en su providencia, austeridad de vida y espíritu de oración.
El día 1 de octubre del año 1827, el papa león XII aprueba el culto y pone su nombre en el santoral de los dominicos, los hijos de su hijo Domingo que la veneran como la “ santa abuela”