viernes, 10 de junio de 2011

¡La Iglesia os pertenece, jóvenes!

En el mundo de hoy, hay muchas tentaciones puestas delante de vosotros todos los días – las drogas, el dinero, el sexo, la pornografía, el alcohol – que el mundo os dice que os traerán la felicidad, pero que son cosas que destruyen y dividen.


 Sólo hay una cosa que perdura: el amor de Jesucristo personalmente para cada uno de vosotros. Buscadle, conocedle y amadle, y él os hará libres de la esclavitud de una existencia deslumbrante, pero superficial, que propone frecuentemente la sociedad actual.  Dejad de lado lo que no es importante y daos cuenta de vuestra propia dignidad como hijos de Dios.


¡Éste es el desafío que el Señor os dirige hoy: la Iglesia ahora os pertenece a vosotros!

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