¡La Iglesia os pertenece, jóvenes!
En el mundo de hoy, hay muchas tentaciones puestas delante de vosotros todos los días – las drogas, el dinero, el sexo, la pornografía, el alcohol – que el mundo os dice que os traerán la felicidad, pero que son cosas que destruyen y dividen.
Sólo hay una cosa que perdura: el amor de Jesucristo personalmente para cada uno de vosotros. Buscadle, conocedle y amadle, y él os hará libres de la esclavitud de una existencia deslumbrante, pero superficial, que propone frecuentemente la sociedad actual. Dejad de lado lo que no es importante y daos cuenta de vuestra propia dignidad como hijos de Dios.
¡Éste es el desafío que el Señor os dirige hoy: la Iglesia ahora os pertenece a vosotros!
No hay comentarios:
Publicar un comentario