viernes, 3 de junio de 2011

¡NO CONOZCO VARÓN!

El 25 de marzo celebramos la solemnidad de la “Encarnación del Hijo de Dios”, realicemos pues, un viaje espiritual a aquellas tierras lejanas y centrémonos en Nazaret, aquella pequeña aldea en la que vivía María con sus padres Joaquín y Ana.
A partir del saludo del ángel María es reconocida como la llena de gracia, la que ha recibido los favores de Dios: “Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo” ( Lc 1, 28) frente a este saludo nace el asombro en María, de modo que el ángel de Dios justifica el saludo:” No temas María porque has hallado gracia delante del Dios, vas a dar a luz un Hijo, a quien pondrás por nombre Jesús” ( Lc 1,30).
El asombro de María es aún mayor por eso afirma: “¿Cómo será eso pues no conozco varón? - el ángel le respondió – El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por eso el que ha de nacer será llamado Hijo de Dios” (Lc 1, 34 – 35).
Las promesas de Dios son las que guían a los seres humanos por sus caminos, es Él quien dirige la marcha de su pueblo por el desierto. Ahora dirige el sendero a seguir por María, de suerte que no dudará en responder: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según su palabra.” (Lc 1, 38)
Así la Iglesia invita a celebrar esta fiesta y a su vez alimenta la espiritualidad de todos los cristianos. Contemplemos pues de modo especial la oración del Ángelus:
• El ángel del Señor anunció a María. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
• Aquí está la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra.
• El verbo se hizo carne. Y acampó entre nosotros.
O bien los misterios gozosos del Santo rosario que encierran toda la vida de María como madre de Dios y Madre nuestra.

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