Cuando se acerca el 19 de marzo, sabemos que está al llegar el día del padre, del carpintero, el santo de los que llevan el nombre de José y Josefa, y no sé si se me olvida algo más, lo cierto es que este día es verdaderamente grande para el mundo cristiano, porque celebramos la Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María, Padre nutricio de Jesús, patrono y protector universal de la Iglesia.
Pero ¿quién es en realidad San José? En pocas líneas es difícil explicar, ya que se han escrito libros enteros sobre su persona.
La Biblia lo menciona muy pocas veces, mas sabemos por la Tradición de la Iglesia que el culto a San José nació con que la Edad Media rodeó a la Virgen María y al Niño Jesús en el siglo XV. La misión de San José al lado de Jesús y María queda expuesta claramente en el prefacio de las misas: José es el “hombre justo”, esposo de la Virgen María, “el servidor fiel y prudente” custodio de la Sagrada Familia, que “haciendo las veces de padre, cuidará de Jesús”. No dejemos que estas palabras tomadas del Misal del Vaticano II pasen desapercibidas.
Dios ha puesto a los santos como modelo para nuestras vidas, en este caso tratemos de imitar un poquito a San José en su fidelidad, prudencia, sensatez y gran amor hacia Jesús, la Virgen María y la humanidad entera.
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